Confianza en la red

Vivir sin jefe 2 junio, 2011

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En Confianza en la red hemos hablado de vivir sin jefe con Sergio Fernández. Sergio es conferenciante profesional e imparte seminarios que facilitan la transformación personal. También es formador en diferentes Masters, colabora con una sección en Punto Radio y desarrolla procesos de coaching con emprendedores.

Es autor de los libros: Coaching hoy. Teoría general del coaching, Cómo gestionar la comunicación, Vivir sin jefe , y Vivir sin miedos. Autor del blog: Pensamiento positivo.

Puede escuchar la entrevista completa con el siguiente reproductor:

¿Está todo el mundo preparado para vivir sin jefe?

Bueno creo que como tantas otras cosas en la vida no se trata de si estoy preparado ahora mismo; sino de si estoy dispuesto a hacer lo que hace falta hacer para estar preparado. ¿Estoy dispuesto a formarme?, ¿a responsabilizarme de mi vida laboral y profesional?, ¿estoy dispuesto a darlo todo? o ¿a encontrar una pasión que me permita vivir de ella?. Yo creo que la pregunta no es tanto si estoy preparado hoy, que la respuesta obvia es que no todo el mundo lo está; sino si estoy dispuesto a hacer lo que hay que hacer para lograrlo, que su respuesta obvia es que cualquiera que este dispuesto a tener un nivel de compromiso diez pues lo estará.

¿Cuales son los errores principales que comenten los emprendedores, los que están dispuestos a vivir sin jefe?

Yo creo que hay varios pero te diría muy brevemente dos o tres, primero, no aceptar que no existen las seguridades, no aceptar que vivimos en la incertidumbre, no aceptar que cuando uno vive sin jefe ha de tener un modelo, un paradigma totalmente diferente a cuando uno vive con jefe. Cuando uno vive con jefe tienes una nomina al final de mes, y esto proporciona un ilusión, que es esta fantasía de seguridad, parece que el mundo es seguro, parece que yo no me voy a morir de hambre. Cuando uno pasa a vivir sin jefe, uno necesita un paradigma nuevo de la vida, porque si está esperando que todos los días 1 de mes entre una misma cantidad de dinero en su cuenta bancaria, claro vivirá con incertidumbre, con desazón, con angustia, yo creo que hay que hacer un cambio de paradigma, asumir que vivimos en incertidumbre que en la vida no hay seguridades, que puedes salir a la calle, te cae un geranio y te quedas ahí directamente, y bueno que hay que aprender a vivir con esa incertidumbre.

¿Cómo afrontar los miedos de un futuro empresario cuando se encuentra solo ante el mundo?

Creyendo en el poder interno que cada uno de nosotros tiene, todo lo que necesitas para salir de cualquier problema que te presente la vida esta siempre dentro de ti. El problema es que a veces no conectamos con este poder interno, perdemos el foco o no somos conscientes de los recursos de los que disponemos. Yo creo que la vida cuando nos plantea problemas, nos plantea problemas que nosotros somos capaces de afrontar, la cuestión es que no somos conscientes de todo este poder innato, de todo este poder que cada ser humano, todos, absolutamente todos tenemos dentro. Y tenemos que encontrar formas de conectar con este poder para poder afrontar sin miedos, para poder vivir sin miedos en definitiva y afrontar la vida tal y como nos venga.

Y si las cosas vienen mal dadas, ¿cómo se sabe cuando hay que tirar la toalla y comenzar de nuevo?

Yo te diría que nunca, si uno esta en el camino en el que tiene que estar creo que no hay que rendirse, claro que la pregunta que yo si formularía es, estas seguro de que ese es tu camino, de que ese camino tiene corazón para ti, de que estas transitando un camino con significado y con sentido. Si es así no te rindas, si no es así ríndete instantáneamente, no tiene sentido afrontar problemas o afrontar retos cuando se esta en el camino equivocado. Yo no soy cirujano, a mi no me interesa especialmente la medicina,  y si yo me presentara a un examen suspendería, yo lo que haría sería retirarme inmediatamente, porque entiendo que esa no es mi misión de vida. Sin embargo, cuando desarrollo proyectos o transito una senda relacionada con mi camino, yo desde luego no me rindo.